PARQUE ARQUEOLÓGICO ALCÁZAR DE GUADALAJARA
Las ruinas del Alcázar se habían excavado recientemente a la fecha del concurso (2002), y suponían la recuperación de un elemento singular de la antigua muralla que conforma un mirador sobre la vega del Henares.
Esta intervención arqueológica sobre un Bien de Interés Cultural proponía un suelo técnico y modular de cristal sobre plots metálicos, de forma que se preservaban las ruinas al tiempo que se hacían visitables. La actuación se completaba con un tratamiento del entorno que se encontraba muy degradado e inaccesible desde el espacio urbano.
La propuesta creaba un amplio espacio abierto que servía como plaza y espacio público en una zona urbana muy densa y con pocos espacios libres. Los restos de la fortaleza se convierten en itinerarios accesibles que permiten el paseo y la contemplación de las vistas. El proyecto recibió un segundo premio con el lema “Piccola Caracalla” por su similitud a escala reducida con las conocidas Termas.
Este proyecto ganó un segundo premio principalmente por la racionalidad y novedad del sistema constructivo planteado.





